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ALGUNAS REFLEXIONES TRAS EL FALLECIMIENTO DE MI PADRE, EL DR.BASSAS "DOCTOR DE LA VIDA"

Esta semana ha fallecido mi padre, al menos en la dimensión física que conocemos; ha sido una semana intensa, cargada de grandes dosis de emocionalidad, de reflexiones y sin duda, de grandes aprendizajes. Tras el fallecimiento de mi madre, hace ya 10 años, me ayudó a entender y cuestionar la muerte como una forma más allá que la que se ve, más allá de la dimensión física y de nuestra conceptualización cultural. La esencia de una persona sin duda no viene determinada ni limitada por la dimensión física, sino por su conexión espiritual (desde un punto de vista antropológico me refiero). La muerte tal y como la interpretamos viene a ser "dejar de existir", pero a lo largo de la vida te das cuenta de que muchas de las personas hoy ausentes y que te aportaron valor, en forma de valores y/o principios siguen vigentes en cada una de tus decisiones, en tu día a día y en tu forma de vivir; así pues mi madre vive en mí y mi padre ahora también (están presentes), luego si viven en mí y además lo transmito a mi entorno en forma de hechos y acciones, es que no han dejado de existir, entonces no han muerto y es así cuando de esta manera aprendí que:


Los valores y los principios son lo que nos hace "inmortales"


Esta breve reflexión es importante para la continuación de este post, ya que tras el "fallecimiento" de mi padre, el Dr. Bassas, han pasado por mi cabeza multitud de pensamientos y reflexiones que me ayudan a nutrirme de la vida y de su esencia, y al final hoy, haciendo deporte - práctica habitual que le agradezco haberme aportado (dejó de jugar a tenis más allá de los ochenta y pico de años), he pensado en cómo podría aportar en el siguiente post relacionado con mi pasión, el tratar de ayudar a las personas, vínculo presente que nos une y al que agradezco de nuevo a mi padre, ya que como médico y más allá de eso para mí, "Doctor de la vida", su vocación me ha sido transmitida más allá de una profesión para conformarla en forma de valor que le da sentido a la vida; así pues algo que es bastante habitual en muchos de mis cliente/as la pérdida o desconexión con su "yo real" y en consecuencia al cuestionamiento o replanteamiento de su propio sentido de la vida; es por ello que el post de hoy va a tratar sobre la importancia de ello, basándolo en tres conceptos que me han sido mostrados por él y que me gustaría compartir con vosotro/as para como siempre, tratar de aportaros valor.


Estos tres conceptos son la responsabilidad, la capacidad de perfeccionamiento o evolución y finalmente el para qué.


En primer lugar el sentido de la responsabilidad, sentido que nace de los actos y de las acciones del que uno mismo/a es responsable, proveniente del concepto basado y fundamentado en la libertad y en ser consecuente con ella (yo le llamo "el precio de la libertad"), a través de la propiedad de la voluntad en elegir y decidir por uno mismo/a, fruto de la actitud y determinación, dándole forma a todo aquello que está bajo la "capacidad de control" de uno mismo/a o al menos, sobre la capacidad autónoma en decidir y actuar.


Recuerdo un libro que me dejó, hace ya más de 30 años, "Aproximación al Origen" de a su vez un conocido suyo - Salvador Pániker- (1927-2017 Escritor, filósofo) y del que recuerdo extraer este concepto como algo que me quedó relacionado con este sentimiento o principio de responsabilidad:


" INTENTAR RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO, ES VOLVER A PERDER EL TIEMPO"

Es por ello, y sin querer extenderme mucho en este sentimiento de responsabilidad, es que más allá de un sentimiento, la responsabilidad es sin duda un acto de voluntad, una forma en la cual constantemente cada uno/a en su día a día decide y toma decisiones coherentes y apropiadas a su propia responsabilidad, conforme a su propio sentido de la vida. Si las decisiones que tomas o estás tomando no están relacionadas con tu propio sentido de la responsabilidad, es entonces cuando debes replantearte si tu sentido de la vida sigue siendo el que en su momento consideraste, o por el contrario éste ha cambiado. En el libro que también me facilitó en su día mi padre (hace también ya muchos años) "El sentido de la vida" del filósofo Francesc Torralba, nos aporta como aprendizaje que el sentido de la vida es "dinámico y narrativo", es decir, cambia y tú eres responsable de escribirlo, luego entonces, trata de "mirar la brújula" de tu vida cuando detectes algo que sea extraño en tí o en tu entorno (las emociones te facilitarán la información) y verifica si "allá a donde estás yendo es el lugar al que te quieres dirigir", y a partir de ahí, toma responsabilidad y "escribe" tus próximos pasos; para ello te propongo una pregunta para que trates de darle respuesta (lo que metafóricamente llamo "ver la brújula"):


¿Estás satisfecho actualmente con la persona que estás siendo?





El segundo aspecto es el "perfeccionamiento", desde una visión que nada tiene que ver ni para nada me refiero con "ser perfecto", sino a la "capacidad de perfeccionarse", aquello propio del ser humano que lo diferencia como especie animal, la capacidad de ser y vivir consciente y de tratar de ser cada día una mejor versión (ser consecuente), incrementar su sabiduría para, sin lugar a dudas, aportar un mayor valor. Mi padre me mostró que la sabiduría significa entre otras cosas escuchar, escucharse a si mismo a través de la introspección (necesaria para el aprendizaje) y escuchar a los demás; esto no fue una recomendación, sino que ha sido una muestra a través de su ejemplo (leading by example) en su día a día y finalmente a en toda su vida. Tratar de aportar valor significa vivir con conciencia para que, a través de nuestro propio aprendizaje, ser día a día una mejor versión y entender que no acaba en uno mismo sino que empieza por uno mismo, ya que la suma de aportar cada uno su mejor valor labra la esperanza de que algún día la sociedad, mas tarde o mas temprano se transformará e implementará una cultura en la cual nos sintamos todo/as orgullosos. (mi padre además añadía, a pesar de vivir en una sociedad "plena de rucs i de rocs").


En el libro "El origen de la desigualdad entre los hombres" de Jean Jacques Rousseau (1712-1778 escritor, filósofo) hace referencia al hombre como animal y su capacidad de perfeccionarse (diferencia con el resto de animales como especie):


"La cualidad que distingue al hombre y al animal como especie es la facultad de perfeccionarse, facultad que ayudada por las circunstancias, desarrolla sucesivamente todas las demás, facultad que posee tanto nuestra especie como el individuo; mientras que el animal es al cabo de algunos meses lo que será toda su vida ..." (J.J. Rousseau)

Y finalmente como último concepto, el para qué y es aquí donde mi padre me mostró en su día a día y a lo largo de sus días, que el para qué guarda una estrecha relación con el propósito, con la responsabilidad y con la capacidad de perfeccionamiento, siendo el impulsor y la motivación de sus principios, donde un nivel de sana autoexigencia y de autodisciplina ("flexiverancia" ver post 8 de marzo) sumados a la generosidad son los aliados que representan el compromiso y conforman el propósito, el para qué y su razón de existir.


Espero que estas breves reflexiones que he pensado hoy escribiros, a pesar de las "dificultades" del momento y de la vida, os sirvan tanto como a mí me han servido, y lo bonito y mágico de ello es que estas reflexiones no concluyen con este post, ya que como habréis visto y sabéis todos lo que me conocéis, están y seguirán presentes en todos mis post, en mis acciones, sesiones y/o conversaciones, para vuestra total disposición con el propósito de seguir aportando valor, ya seáis clientes, amigos, conocidos/as, seguidores/as o simplemente curiosos/as o "exploradores" de la vida.


Gracias por estar ahí y formar parte de mi propósito, espero como siempre haber aportado valor, muchas Gracias,

Ignasi



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